Las superficies de acero son fascinantes: en el ámbito de la arquitectura y el desarrollo urbanístico transmiten una imagen de pureza y autenticidad. Si estas superficies se refinan para su uso en espacios interiores, además de las cualidades intrínsecas del material, se adquieren dos cualidades más: elegancia y sofisticación. Una cocina realizada con el programa STEEL de LEICHT no se percibe como tal, si no que está perfectamente mimetizada con los espacios de su entorno.
La pintura pulverizada con virutas de metal tratado mediante un procedimiento de oxidación especial y tendido a mano, permite lograr una textura única en cada frente. La luz se refleja en la virutas de acero creando un efecto de profundidad. La autenticidad de la superficie metálica destaca también por su efecto magnético.
Las vitrinas acentúan el efecto industrial de la composición. Con un cristal ligeramente ahumado y transparente, y un fino marco de metal anodizado en el que se oculta un sistema de bisagras inteligente, el espacio interior queda limpio y luminoso. La luz dinámica integrada, de efecto antideslumbrante, genera espacios sugestivamente iluminados para los objetos y accesorios más valiosos.
En esta composición perfecta, LEICHT consigue crear una atmósfera donde predomina una armoniosa interacción entre materiales y colores, luz y transparencia.